Las que más o menos me seguís, sabéis que hace 365 días cambió mi vida y cambió para siempre. Hace 365 días, mi pequeño puzzle estaba completo, pues todas las piezas estaban indisolublmente unidas y bien encajadas, compartiendo espacio y tiempo. Han sido los 365 días peores de mi vida, días que me han marcado a fuego y me han enseñado lo mucho que se puede echar de menos.
Aunque siempre trato mostrar mi mejor cara, no siempre se está bien, y hoy es uno de esos días en los que ese malestar sale a flote.
Hace 365 días, mi padre se fue, aunque sé que sigue con nosotros y tirando del carro.
Un besazo.